jueves, 6 de marzo de 2008

El peligro de hablar por hablar

Quien siga con cierta regularidad la prensa deportiva sabe que, en no pocas ocasiones, la falta de criterio es uno de los principios que rige su evolución. Llenar equis hojas de un diario cuando realmente no hay asuntos importantes que tratar requiere un ejercicio de imaginación demasiado peligroso por parte del periodista. Y digo peligroso en cuanto a las consecuencias deportivas que para un club como el Athletic, especial por tantos motivos, pueda tener.

Forma parte del oficio del futbolista saber encajar las críticas y no hacer demasiado caso a las alabanzas de los medios de comunicación, tan volubles como la voluntad del esférico de traspasar la línea de gol o como las simpatías del propio público. Sin embargo, en el caso de los jóvenes talentos un abuso en uno u otro sentido puede acabar afectando a su rendimiento en el terreno de juego.

Un caso claro, en mi opinión, es de Fernando Llorente. Bien es cierto que la prensa ha sido más benevolente que crítica con el delantero, pero tampoco se ha ido de rositas. Lo sabía Javier Clemente, experto en utilizar a los periodistas y el ambiente en general para motivar a sus jugadores. No lo logró con Llorente, a quien llamaba “Fernandito” y al que achacaba injustamente ser “la mitad que Urzaiz”. Si buscaba sacar la mala leche y desatar la fiera que su corpachón deja imaginar, se equivocaba.

Todo eso hizo daño al 9 rojiblanco, como ahora lo puede hacer la excesiva coba que cierto periódico le está regalando. Me alegro de que Fernando esté afortunado de cara al gol, pero aún le queda trecho para terminar de hacerse como jugador. Esperemos que, tal y como hizo con su mala racha, sepa sacar lo bueno de este momento y le ayude a ser el gran delantero que todos esperamos.

Un segundo ejemplo quizá más delicado es el de Jonás Ramalho, Iker Muniain e Ismael López. La crónica del partido contra el Amorebieta, escrita en El Correo por Javier Ortiz de Lazcano (con el que, por otro lado, suelo estar de acuerdo en bastantes cosas), creo que era más una voluntariosa alabanza que un ejercicio periodístico. Por desgracia no estuve allí para ver al equipo, pero sacar conclusiones tan tajantes de un solo encuentro amistoso…

¿Estamos hinchando entre todos el globo demasiado? Mi respuesta es que sí. Encuentro que a los hinchas rojiblancos nos falta paciencia con los jóvenes, tanto para la crítica como para alabanza. Mal negocio para un club que depende de ellos.

Claro que esto no deja de ser una opinión. ¿Merece Llorente tantos elogios? ¿Se está gestionando bien el acceso de los canteranos al primer equipo? El debate está abierto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De acuerdo totalmente contigo, Bala Roja. No podemos calificar un día a uno de nuestros jugadores como "decepción" y al día siguiente como "promesa consolidada". En mi opinión, Llorente ha marcado en cuatro encuentros seguidos, sí, pero su aportación total durante la campaña es todavía deficitaria. Al pan, pan, y al vino, vino. Lo digo como crítica constructiva: Llorente necesita todavía una capa de pundonor, entrega y actitud para empezar a parecerse (de lejos) a Urzaiz. No le subamos a un pedestal del que luego no podamos bajarle.

- Txingurri Balboa -