martes, 25 de agosto de 2009

Humor en momentos difíciles.

La actuación del Athletic en su reciente visita al Camp Nou no merece otro calificativo que "desastrosa". Un equipo de reservas que apenas puso ilusión, afán ni el más mínimo obstáculo a la victoria del Barsa. Sólo la suerte nos libró de volvernos a casa con un saco de goles.

"Quehahechoelathletic" quiere ayudar a toda la afición a superar el mal trago y reunir fuerzas para intentar eliminar al Tromso pasado mañana. Para ello, aquí va una selección de chistes de vascos: ¡qué ostias!



Patxi y Aitor en el batzoki del tío Eneko. Al entrar, Patxi se fija en una maquina de coca colas recién instalada en el local. Se acerca, mete un euro, aprieta el botón, y... ¡clonk!, baja una lata de coca cola. La agarra, la mira fijamente, la deja en el suelo, saca otro euro, aprieta el botón, baja otra lata, la coje, la mira, la deja en el suelo, saca otros 20 euros... Media hora más tarde Aitor le ve rodeado de latas de coca cola, apiladas por doquier, y le dice: Venga, Patxi, ostias, que nos vamos. A lo que Patxi responde: ¡No me jodas, que estoy en racha!

Le dice un vasco a otro:
¡Oye Patxi! ¿Sabes cuanto ha costado el Guggenheim?
No, ¿Cuánto?
5.000 millones, pues.
Bueno, con tal de que meta goles...


Oye patxi, ¿qué haces dándote con dos piedras en el ciruelo? Me estoy masturbando pues, ¿no lo ves? Ayva la ostia, y ¿cuándo gozas pues? ¡Joder! cuando fallo

¿Qué le falta al coche fantástico?
La matrícula de Bilbao


¿En qué se diferencia un cura vasco de un cura normal?
El cura normal dice: ¡Cuerpo de Cristo!
Y el cura vasco dice: ¡Ahí va la ostia!


Oye patxi, ¿tú sabías que hay otras culturas?
y ¿qué levantan pues?


Va uno del mismo Bilbao por la autopista adelantando a todo el mundo con su coche recién comprado en la feria de su ciudad cuando de repente nota algo raro. Se echa a un lado, se baja y se da cuenta que una rueda se ha pinchado. ¡Aiba la ostia! ¿dónde cojones estará en este coche el puto gato y la puta rueda de repuesto? Mientras mascullaba cagándose en "to", se para uno de San Sebastián al que había adelantado anteriormente de mala manera y éste le dice. ¡Joder la ostia, de Bilbao tenías que ser! ¿No sabes que estos coches modernos no tienen ni gato ni rueda de repuesto? Joder, ¿y cómo se arregla esto, pues? Sólo tienes que soplar fuerte por el tubo de escape y se vuelve a inflar la rueda. ¡La ostia, Patxi! de cojones. Gracias, ¡eh! El giputxi se monta en el coche y se aleja descojonado, muriéndose de risa y pensando: ¡estos de Bilbao son bobos! Mientras, el de Bilbao estaba sopla que te sopla por el tubo de escape. ¡Aiba la ostia, que no se infla! A ver si lo estoy haciendo mal. Y el tío seguía y seguía: lo único que se inflaba era la vena del cuello, a punto de estallar. Ya estaba casi extenuado cuando se para otro de Bilbao: Oye Patxi. ¿Qué haces pues? Mira tú que he pinchado y ha parado un guiputxi que me ha dicho que en estos coches de ahora soplando por el tubo de escape se infla la rueda. Pero nada, por mucho que soplo no hay manera... El otro que se empieza a reír y le dice: Aiba la ostia, pero mira que eres gilipollas, ¡eh!... ¡Cómo la vas a hinchar si tienes las ventanillas bajadas!

Nueva York. World Trade Center. Zona Cero. Después de un año, los bomberos siguen con las tareas de salvamento, cuando de pronto, levantan un bloque de hormigón de 2000 kilos y aparece uno de Bilbao.
¡Aiba la ostia! Pues anda que no habéis tardau en rescatarme, joder. Ya me estaba muriendo de sed.
Los bomberos, la policía, los médicos, los periodistas... todos se quedan alucinados mirando al vasco, sin creérselo, y el vasco sigue: ¡Venga un txuletón, joder! Y un txacolí que estoy seco, pues.
Un bombero, aún sin poder creer lo que ve, le pregunta:
Oiga, perdone, ¿en la planta donde estaba usted, sabe si queda algún superviviente?
¡Y yo qué ostias sé, joder, si yo venía en el avión!

Un bilbaíno iba por la calle y se encontró un espejito de cartera, lo levantó, se miró y dijo: ¡Anda la ostia! A este tío lo conozco. Y se lo guardó en el bolsillo del pantalón. De regreso a su casa volvió a mirarse al espejo y repitió: ¡Ah joder! ¡Qué a este tío lo conozco! Al entrar a su casa guardó el espejo en el bolsillo de su pantalón y se sentó en la mesa del comedor. Mientras la Idoya le servía la comida, el vasco volvía a mirarse en el espejo y repetía: ¡Ostia! ¡Yo a este tío lo conozco! Cuando Idoia se dió cuenta, le preguntó: Oye, Mikel ¿qué tienes en la mano? ¡Nada importante, mujer! Y se guardó el espejo en el bolsillo del pantalón. Terminada la cena el vasco se fue a dormir dejando el pantalón sobre una silla. Idoya, intrigada, una vez dormido su esposo se acercó a la silla y retiró el espejo del pantalón, se miró al mismo y dijo: ¡Ya lo sabía! ¡Es una foto de mujer! ¡Y qué cara de puta que tiene!

Entra Patxi en una tienda de deportes. El tío entra totalmente desnudo salvo por un hermoso par de zapatillas. La vendedora con mucha vergüenza le pregunta que qué quiere y Patxi le pide la camiseta del Athletic con el número de Julen Guerrero.
Al momento de cobrarle, la Vendedora le dice que son 10.000 pelas y el pibe en bolas le da sólo 5.000. Sorprendida la vendedora le pregunta por qué le da la mitad del dinero y Patxi le contesta: "¡Pues cómo, si en la vidriera hay un cartel que dice "En pelotas y en zapatillas: 50% de descuento!"

Se encuentra Antxon a Patxi, que va rodando por la calle un enorme barril.
¡Hostias, Patxi!, ¿dónde vas con ese barrilón?
¡Aiba la ostia, Antxon! pues ¿dónde voy a ir? Al doctor...
¡Joder!, ¿y por qué vas con el barril ese?
Pues que me dijo que volviera con la orina al cabo de seis meses...

Un madrileño entra en la farmacia del Patxi en Bilbao...
Hola buenos días. ¿Me da una aspirinita...?
Qué leche aspirinita chaval. Aquí una Aspirinota y te la llevas rodando pues...
Bueno vale y me da también un jarabito...
¡Pero que dices! En la farmacia del Patxi un Jarabote en garrafa y al trago pues... ¿Quieres algo más...?
¡NOOO! Los supositorios ya los compraré en Madrid

Oye Iñaki, ¿y cómo es que ya no vamos a bañarnos desnudos al río a las 7:00 de la mañana?
Es que, Patxi, después me empalmo y me daño la minga contra las piedras del río.
Anda, ¿y por qué no nadas a espalda, pues?
¿y qué hago con el puente de Deusto, pues?

¿Cómo le llaman al "Metro" en Bilbao?
Kilómetro.

¡Yo estoy muy orgulloso de ser vasco, pues!
¿Tú vasco? ¡Pero si naciste en Burgos!
¡Los vascos nacemos donde nos sale de los huevos, hostia pues!

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Esto es un vasco que está en un bar y le dice a un amigo que entra: ¡Hola Patxi, que, ¿te compraste un 600? Sí, pero hace poco, ¿y tú cómo lo sabes? Porque lo llevas de mochila. ¡Hostia, otra vez el cinturón de seguridad!

Se encuentran dos amigos vascos, y uno de ellos camina con las piernas abiertas.... como escocido. El otro le pregunta: Pues ¿qué te pasa, Andoni? Pues que vengo del médico y me ha dicho que tengo colesterol. ¿Y por qué andas así? ¡Porque me ha dicho que los huevos ni tocarlos!

Dos vascos a la salida de un examen de matemáticas: Oye Patxi, ¿a tí qué te dió el segundo problema? ¿A mí?, infinito. ¿Sólo?

Están dos bebés y Ander en la maternidad y empiezan a hablar entre ellos: Yo debo de ser un niño, tengo los patucos azules.
Pues yo debo ser una niña, tengo los patucos rosas.
Y dice Ander: Entonces yo debo ser de Bilbao porque tengo unos huevos tan grandes que no me veo los patucos...


1 comentario:

Bala Roja dijo...

Os recomiendo una película de humor buenísima. Tromso-Athletic (partido de vuelta). Aquí se tradujo como "Viaje de pirados". Lo último en humor catastrofista.

P.D.: Iba a haber escrito un ácido comentario sobre el glorioso pase a la fese de grupos de la UEFA, logrado ayer, pero la crónica de Jon Agiriano en El Correo resume todo mi sentir al respective.