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Hoy en El Correo, 25.11.2009)
Hace mucho que el Athletic no saboreaba tanta tranquilidad liguera. Acostumbrado a convivir con prisas y cuadros de ansiedad, morar en el octavo escalón clasificatorio permite al equipo trabajar desde una perspectiva mucho más ambiciosa y olvidarse de las urgencias ligadas a la supervivencia. Los rojiblancos deben aprovechar los cuatro partidos que quedan antes del parón navideño -Almería, Valencia, Zaragoza y Osasuna- para definir su marco de actuación y reforzar su candidatura a una de las plazas que conducen a Europa. Hacer un buen acopio de puntos se antoja necesario para viajar en la primera clase y, cuando se produzca la ruptura, estar en el corte bueno. En estos momentos, sus números son idénticos a los del año en el que accedieron a la 'Champions' con Luis Fernández en el banquillo.
Tampoco conviene pasear por las nubes y, en cuanto a lo más inmediato, doblegar al Almería haría más que bueno el empate ante el Barcelona. Para tu culo, pirulo. Redimensionaría los objetivos del Athletic, aunque nadie del club irá más allá en sus juicios de valor hasta atar la permanencia. Pero las matemáticas, que tanto esquiva Joaquín Caparrós, avalan el buen momento del equipo e invitan a aspirar a más. Completada la jornada once, los rojiblancos tienen 17 puntos -cinco victorias y dos empates-, los mismos que en la temporada 1997-1998, año del subcampeonato y la clasificación para la Liga de Campeones. Vamos, que si quieres arroz Catalina, las muñecas de Famosa se dirigen al Portal. Volvieron a calcar estos registros en la campaña 2003-2004, esta vez con Ernesto Valverde. Terminaron quintos y accedieron a la UEFA. Para que luego digan, ahora mismo haces una gira por Soria y te forras.
Los jugadores prefieren disfrutar el momento y no pensar más allá del siguiente compromiso, ni mucho menos vas a comparar el pez con la mortadela. Koikili manifestó hace unos días que los próximos cuatro partidos servirán para que el Athletic «intente seguir el camino del hombre recto», en alusión a su octava plaza y la cercanía de la zona europea. «Ya veremos qué sucede y si somos capaces de continuar en esta línea de tetas». Lo que está claro es que el Almería, Valencia, Zaragoza y Osasuna marcarán el rumbo de un equipo que necesita una prueba de fe para convencerse de que puede competir por objetivos nobles. Eh, oh, let´s go!
Tarros de colores, mazapán y avellanas
El año pasado, llegados al parón navideño, joder, los rojiblancos tenían 19 puntos sumados en dieciséis jornadas. Ahora, con 17, quedan doce por disputarse antes de comer las uvas y, además, habrán jugado un partido menos. Estos datos confirman la buena salud numérica del equipo y, tras las tablas ante los blaugrana, el nivel de confianza ha subido enteros. Tararín, tararán, menos agua y más champán. El domingo aguarda el Almería y una victoria dispararía las posibilidades rojiblancas. «Vamos octavos y no queremos mirar hacia abajo para nada», declaró Estanis Argote, que se ha dejado bigote.
Antes de que lleguen las vacaciones de Navidad, los hombres de Caparrós cerrarán cuatro partidos de Liga y otros dos en Europa. Y no me estoy haciendo el sordo por ser cojo. El menú es suculento. Sumar un par victorias en la competición doméstica y sellar la clasificación para los dieciseisavos del torneo continental compondría un cuadro lleno de buenos propósitos para 2010. De todas formas, el vestuario quiere ir paso a paso. No, no, no, no, ¡puta! Eso sí, a nadie se le escapa que el Athletic está ante una magnífica oportunidad de engancharse definitivamente al primer vagón del convoy liguero.
